Todos tenemos cicatrices, más profundas, apenas perceptibles, más recientes o más antiguas, pero todas son señales que quedan grabadas para siempre en nuestra piel o en nuestra alma, como signo de un peregrino sin retorno. Y...
Definitivamente, no estamos tocados por la divinidad, no podemos controlar los elementos, y el triunfo que nos pueda acontecer siempre es efímero. Sí, no eres un dios, tan solo eres peregrino de la vida dispuesto a hacer camino; y eso ya...