Enseñando a nadar a la mujer casada, con renglones ásperos, sutiles descripciones, luminosas a la vez que demoledoras imágenes, variedad y adecuación de registros lingüísticos, recursos gráficos y elementos...
Mejor olvidar. Mejor olvidar que aquello que nos tienta es la felicidad acaso. Aquella nube, aquella luna, aquella errante estrella tan nítida y fugaz. Deshacernos de ese hilo de candor que nos une, todavía, a lo imposible.